DECLARACION
Al conmemorarse el primero de octubre el Día del Periodista Peruano, la Federación de Periodistas del Perú, rinde homenaje a sus fundadores que hace 60 años, en horas aciagas de dictadura, sentaron sólidos principios de libertad para la verdad y responsabilidad en la expresión, como premisas para un periodismo al servicio del país.
Desde entonces hasta ahora, bajo estos sólidos conceptos nuestros todas las generaciones de periodistas, bajo distintas ópticas, han aportado lo mejor de sí mismas a la consolidación del desarrollo económico y social del país.
En todos estos años, la FPP ha sido testigo de su tiempo y protagonista de las duras circunstancias vividas por el pueblo peruano, cuando se oscureció la democracia.
Hoy, bajo el imperio del Estado de Derecho, observa la vigencia de un periodismo elevado que, por medio de diferentes ideas, es actor importante del proceso de transformación que va alcanzando el país.
Pero así como es nuestro deber señalar lo bueno logrado por el periodismo, también es nuestra responsabilidad advertir el riesgo que significa, en otros casos, el abandono de la serenidad necesaria en circunstancias especiales, como ocurre en estas últimas semanas, en que, con motivo de un proceso electoral municipal, varios medios informan apasionadamente según sus respectivas posiciones políticas y no siempre con verdad.
Se pasa por alto la pérdida de objetividad. Se llega al extremo de usar métodos vedados por la ética y la ley como el “chuponeo” de teléfonos para denigrar a candidatos.
¿Qué pasará después de esto, cuando el público sienta que ya no le inspira confianza la prensa? La respuesta es que cualquier cosa podría ocurrir, comenzando por la desorientación popular, de la que se nutre el aventurerismo de cualquier signo.
Es deber de la FPP, señalar la necesidad de que los propios medios apliquen los mayores esfuerzos para mantener al tope uno de los preceptos fundamentales del periodismo, cual es la imparcialidad. A aquellos empresarios debemos recordarles que se viene al periodismo a servir a la sociedad, no a jugar con intereses particulares.
Nada bueno podría esperar nuestro país si no fuese recuperado el equilibrio y la ponderación, porque el ruido político podría alcanzar niveles anormalmente altos, afectando la confianza y, por consiguiente, el curso del desarrollo que el Perú aspira.
Para el crecimiento no basta la aplicación de una acertada política económica sino que es indispensable la confianza ciudadana, sin la cual se estrechan y ensombrecen las perspectivas. De ahí la tremenda responsabilidad del buen periodismo.
Este fue el reto que afrontó el periodismo peruano hace sesenta años, cuando se fundó nuestra Federación; y este es también el problema que hoy afrontamos y que debemos resolver cuanto antes, comenzando ahora mismo.
Lima, 1º de octubre de 2010
Comité Ejecutivo Nacional
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